martes, 19 de noviembre de 2013

¿QUE TIPO DE CRISTIANO ERES TU?.

ARTICULO: 

Y tú ¿cual de los tres eres?...





Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y lo difíciles que le resultaban las cosas. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.
Mirando a su hija le dijo:

- “Querida, ¿qué ves?”
-”Zanahorias, huevos y café” fue su respuesta.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó:

“¿Qué significa esto, padre?”

Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.

“- ¿Cuál eres tú?”, le preguntó a su hija.

“Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

Y tú, ¿cual de los tres eres?


CONFRONTACIÓN:

1 Pedro 1:7

Reina-Valera 1960 (RVR1960)
para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,

LO QUE NOS DICE EL ARTICULO QUEDA  EXPLICADO AMPLIA Y PERFECTAMENTE EN LA PALABRA DE DIOS EN EL LIBRO DEL ECLESIASTICO:

Eclesiástico 2

Dios Habla Hoy (DHH)

Paciencia y confianza

Hijo mío, si tratas de servir al Señor,
prepárate para la prueba.
Fortalece tu voluntad y sé valiente,
para no acobardarte cuando llegue la calamidad.
Aférrate al Señor, y no te apartes de él;
así, al final tendrás prosperidad.
Acepta todo lo que te venga,
y sé paciente si la vida te trae sufrimientos.
Porque el valor del oro se prueba en el fuego,
y el valor de los hombres en el horno del sufrimiento.
Confía en Dios, y él te ayudará;
procede rectamente y espera en él.
Ustedes, los que honran al Señor, confíen en su misericordia;
no se desvíen del camino recto, para no caer.
Los que honran al Señor, confíen en él,
y no quedarán sin recompensa.
Los que honran al Señor, esperen la prosperidad,
la felicidad eterna y el amor de Dios.
10 Fíjense en lo que sucedió en otros tiempos:
nadie que confiara en el Señor se vio decepcionado;
nadie que lo honrara fielmente se vio abandonado;
a todos los que lo invocaron, él los escuchó.
11 Porque el Señor es tierno y compasivo,
perdona los pecados y salva en tiempo de aflicción.
12 Pero, ¡ay de los corazones cobardes y las manos perezosas!
¡Ay de los pecadores que llevan una vida doble!
13 ¡Ay de los corazones débiles, que no tienen confianza!
¡Dios no los protegerá!
14 ¡Ay de los que no saben soportar con paciencia!
¿Qué harán cuando el Señor los ponga a prueba?
15 Los que honran al Señor obedecen lo que él ordena;
aquellos que le aman hacen lo que él quiere.
16 Los que honran al Señor tratan de hacer lo que a él le agrada;
aquellos que le aman cumplen con gusto su ley.
17 Los que honran al Señor están siempre dispuestos
a humillarse delante de él.
18 Pongámonos en las manos del Señor,
y no en las manos de los hombres;
porque el amor de Dios
es igual a su grandeza.

CUANDO SOMOS PROBADOS COMO EL ORO

El oro para ser purificado debe ser pasado por el fuego. Pasa por un proceso de fundición y unas etapas de preparación. El oro es fundido a una temperatura alta, hasta que se derrite, para ser limpiado, pero me llamó mucho la atención, que no debe exceder el calor y la temperatura necesaria. Luego el mismo es pasado por otro proceso donde es golpeado para darle forma y finalmente luego de cada etapa por la que pasa, sale resplandeciente, brillando en su esplendor y reconocido como el metal más bello, y de mayor valor.
Así pasa con nosotros, en nuestras vidas hay actitudes y cosas que necesitamos cambiar y que sean quemadas. Algo así como esa vestimenta que opaca nuestra belleza interior y el brillo que DIOS ha depositado en nuestras vidas y de la cual debemos deshacernos.
En el horno de la aflicción, nos hacemos quebrantables y DIOS puede trabajar con nuestro cáracter hasta moldearlo a través del “proceso de fundimiento”. En la prueba estamos más suceptibles y dispuestos a escuchar a DIOS hablar a nuestras vidas y aferrarnos a ÉL y se activa nuestra FE. Detrás de cada prueba DIOS tiene un propósito establecido que obrará a bien, aunque en el momento en que estamos metidos en el horno no lo podamos entender. Cuando somos pasados por el fuego, DIOS no nos deja solos, DIOS se mete con nosotros al horno y permanece a nuestro lado hasta el final del proceso. Nunca nos hará pasar por situaciones que no podamos enfrentar, y así como el oro no es sometido a un exceso en la temperatura, DIOS sabe perfectamente el grado de calor que podemos soportar. Una vez, salimos del horno salimos libres de impurezas y de todo lo que nos impide brillar.

1 Corintios 10:13

Reina-Valera 1960 (RVR1960)
13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

Mientras, más el oro es golpeado para adquirir forma y pasado por el fuego, mayor es su valor, y así pasa con nosotros, DIOS nos honra y nos hace brillar con un valor incalculable. El diamante para ser pulido, también atraviesa por un proceso de fricción. A nadie (ni a tí, ni a mí) nos agrada ser pasados por fuego, pero es necesario que así sea para que luego de haber superado todo obstáculo que nos permitió crecer y adquirir el brillo y el valor que DIOS espera y quiere de nosotros, podamos ser testimonio de las grandezas de DIOS y de su infinita fidelidad y su inmenso amor. Nada mejor que ser probados y estirados en el camino, para ser oro puro en las manos de DIOS.Se trata de adquirir resistencia, paciencia, PERFECCIÓN Y VALOR!!!


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