LA IGLESIA CATOLICA (LA RAMERA DELAPOCALIPSIS) PRETENDE HACER DE TODAS LAS RELIGIONES UN FRENTE COMUN, ESTO POR SUPUESTO TIENE UN GRAN TRASFONDO, ¿COMO VAS A PODER MANIPULAR A LA GENTE SINO TIENES A TODOS EN LA MISMA SINTONÍA?. BUENO ES IMPOSIBLE QUE LA IGLESIA CATOLICA CONVIERTA A TODOS AL CATOLICISMO, PERO SI PUEDE PONER A TODOS BAJO UN MISMO PARAGÜAS ESA ES LA VERDADERA INTENCION DEL CATOLICISMO.
2 Juan 1:10
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no
lo recibáis en casa, ni le digáis: !!Bienvenido!
Apocalipsis 17
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Condenación de la gran ramera
17
Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló
conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera,
la que está sentada sobre muchas aguas;
2 con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los
moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación.
3 Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación;
NOTICIA:
Pastores evangélicos se reúnen con el papa Francisco
Tuesday, June 11, 2013
Seis pastores evangélicos de la Argentina conversaron y oraron el pasado 29 de mayo con el papa Francisco en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano. Jorge Himitian, uno de los pastores que integró la comitiva, dijo que el dirigente de la Iglesia Católica Apostólica Romana recibió “a los abrazos, a los besos, al estilo argentino”. Participaron, además de Himitian, Norberto Saracco, Carlos Mraida, Omar Cabrera, Angel Negro y Humberto Golluscio.
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Durante la entrevista, que se extendió por 80 minutos y fue aceptada por el Papa sin mayores protocolos, el líder católico dijo a los pastores: “Hoy tenemos que predicar el kerigma de Jesucristo, proclamar a Cristo”.
La media docena de dirigentes evangélicos, todos ellos de Buenos Aires, mantenía una amistad con el ex cardenal Jorge Bergoglio previa a su elección como Papa el 13 de marzo, gracias a los encuentros de la Comunidad Renovada de Católicos y Evangélicos en el Espíritu Santo (CRECES).
“Solíamos encontrarnos con Bergoglio para orar de vez en cuando. Los encuentros de CRECES nos acercaron y encontramos un hombre de profunda espiritualidad y nos volvimos amigos”, aseguró Himitian. “Le expresamos nuestra alegría por tenerlo en un lugar tan importante, tenemos un muy alto concepto de su compromiso con Cristo y con el ser humano, con los necesitados, y por su compromiso en la oración”, añadió.
En el marco de la reunión, la periodista Evangelina Himitian, hija del pastor de Comunidad Cristiana, entregó al papa un ejemplar del libro biográfico "Francisco. El Papa de la gente", escrito por ella.
A su regreso a Argentina, los pastores compartieron que “vieron muy bien” al papa Francisco, “con la sencillez habitual”. El jefe del Vaticano les comentó que “estaba un poco inquieto momentos antes de la elección pero cuando se dio cuenta de que en la elección superaba los 77 y llegaba a los dos tercios, en ese instante le invadió una gran paz y eso lo sostiene hasta el día de hoy”.
Tiempo de oración
Himitian declaró que pasaron “un tiempo en oración, como hacíamos aquí, cordial, amigable, espiritual. También le dimos una palabra que varios habíamos sentido basada en Jeremías 1, que Dios lo había escogido como un profeta a las naciones y que no tuviera temor a dar la palabra como Dios se la daba”.
La conversación derivó en el ambiente espiritual en la Argentina, la respuesta favorable del periodismo argentino al evangelio, pero no incluyó cuestiones de la política local, según Himitian. “Conversamos sobre lo positivo de esta apertura que se da en países de América latina y en Italia mismo, donde la gente está muy contenta y muy abierta a volver a la fe, a la iglesia, se siente la gente muy proclive. Ojalá que la iglesia y los sacerdotes estén a la altura del momento para satisfacer el hambre de la gente que está más abierta a volcarse a la fe”, afirmó. “Lo que vamos a ver y ya se ve, es que si evangelizamos sin hacer proselitismo se van a llenar tanto templos evangélicos como católicos”.
El pastor Himitian dijo también: “Nosotros hemos visto en él cada día mayor apertura, especialmente en el estilo: parece más un pastor carismático que un cura o un obispo”.
CONFRONTACION:
- 1. Flannery, op. Cit. Tomo 1 pág. 412.
- 2. - "Roman Catholic Double-Talk at Indianapolis '90," Foundation, pp. 14-16,
- 3. Dr. Nadir Carreño, cit. por el Ps. Víctor Pino Gamboa en su art. “Hacia una iglesia mundial” http://ceirberea.blogspot.com/
- 4. (Documentos del Concilio Vaticano II)
- http://www.archimadrid.es/princi/princip/otros/docum/magigle/vaticano/vati.htm
- 5. “Dominus Lesus”; art. 17
- 5b. Catecismo de la Iglesia Católica (p. 208, #870)
- 6. American Presbiterian Church http://www.americanpresbyterianchurch.org/fuller_seminary.htm
- 7. David W. Cloud, Fundamental Baptist Information Service, por Huron.
- 8. http://www.corazones.org/espiritualidad/espiritu_santo/pecado_contra_es.htm)
- 9. Catecismo de la Iglesia Católica (p. 465, #2092)
- 10. Dave Hunt, su libro, “Una mujer cabalga la bestia”
- 11. Concilio de Trento (Sexta sesión, canon 30, p. 46).
- 12. Concilio Vaticano II: Los documentos conciliares y postconciliares, ed. Rev. (Costello Publishing, 1988), tomo 1, p. 63).
- 13. Ibidem
- 14. Documento en archivo
- 15. Biblioteca Nacional de París, en la hoja B, nº 1.088, vol. II, págs. 641 -650
Desenmascarando a la Ramera del
Apocalipsis
Índice del Tema
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque
¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz
con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente
con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?
Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo
cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo
inmundo, y Yo os recibiré”(2 Corintios 6: 14-17)
“Vino
entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo
diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que
está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la
tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su
fornicación. Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada
sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete
cabezas y diez cuernos… Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella,
pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis
parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y
Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado,
y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida,
preparadle a ella el doble” (Apocalipsis 17: 1-3: 18: 4-6)
Introducción
Muchos ingenuamente piensan
que a partir del Concilio Vaticano II, el catolicismo actual ya no es como el
que siempre fue, que ahora los protestantes ya no somos anatemas
(malditos) sino “hermanos separados”, y que es posible la unidad entre
lo católico y el cristianismo verdadero. ¡Qué equivocados están!
La realidad es que dicho
Concilio reafirmó los cánones y decretos de los concilios anteriores, que
definieron el dogma romano: “Este concilio sagrado
(Vaticano II) acepta lealmente la venerable fe de nuestros antecesores...y
propone de nuevo los decretos del Segundo Concilio de Nicea, del Concilio de
Florencia, y del Concilio de Trento” (Flannery, op. Cit. Tomo 1 p.412)
(1)
Realmente, a pesar del
cacareado aggiornamento, nada ha cambiado. Roma es “Semper
Eadem” (siempre la misma), y lo será hasta su estruendoso final (Ap. 17:
16, 18)
1. Los dos tipos de evangélicos ecuménicos
¿Deberíamos preocuparnos los
verdaderos cristianos por el manido asunto del ecumenismo en el contexto
evangélico-católico”? Yo creo que sí, hermanos; yo creo que sí…
Sin más preámbulos debo
decir que ese tipo de ecumenismo es absolutamente aborrecible ante los ojos de
Dios – es el Gran Fraude Ecuménico.
En cuanto a la parte
evangélica, les diré que existen dos tipos de creyentes involucrados en esa
cuestión ecuménica. Uno se corresponde con el creyente que es muy ingenuo e
ignorante y quizás hasta insensato, y el otro se corresponde con el falso
hermano.
Dentro de esta categoría
existe una subcategoría, la del falso hermano que sabe muy bien lo que está
haciendo, y a quién realmente sirve: a ciertas instancias del Vaticano.
De estos últimos, incluso hay muchos ministros.
Medítenlo:
¿Le sería muy difícil a la institución del Vaticano el preparar concienzudamente
a agentes suyos para que se hicieran pasar por ministros evangélicos - aun y por
años - hasta que muchos creyentes confiaran en ellos sin llegar a percatarse de
nada extraño? No por cierto. Estos agentes católicos infiltrados estarían
sirviendo a su “Santa Madre Iglesia” y a su papa de esta manera,
meritando de ese modo. Debo añadir que esto es una indiscutible
realidad.
“La infiltración en las iglesias evangélicas, y en el seno
eclesial en general es una realidad, que por lo dantesca, a muchos les cuesta
aceptar y aun pensar en ello”
“La
afamada Katherine Khulman, que nunca alentó a los católicos a salir de su
iglesia sino todo lo contrario, tomada por las manos como gesto muy especial y
exclusivo por el finado Pablo VI”
“Benny Hinn, fiel discípulo de la Khulman, en su visita a
Roma, rezando con el cura fraile Cantalamessa”
Católicos
carismáticos
Hay que decir, respecto al
primer tipo de evangélicos mencionados arriba, (sobre todo los de tipo neo
pentecostal/carismático), que están muy engañados en cuanto a lo que realmente
es un católico carismático. Han llegado a creer que – en general - un verdadero
católico (*), en este caso carismático y que habla en lenguas (**), es
necesariamente un verdadero cristiano.
(*)
Nótese que hablo de un católico obediente y sujeto al dogma de su organización
religiosa.
(**) Muchos
ingenuamente piensan que porque un católico hable en lenguas, esa es señal de
que ha nacido de nuevo. Las lenguas nada tienen que ver con este asunto.
¿Se puede ser cristiano sin
ser salvo? ¡No hay manera! Lo que define a un verdadero cristiano - en primera
instancia - es que ha nacido de nuevo, es decir, que es salvo (Jn. 3: 3).
¿Puede un católico, como
descrito arriba, fehacientemente creer que es salvo? No. A un católico confeso –
sea carismático o no - no le es permitido creer que es salvo bajo ningún
concepto. Ampliaremos este punto más adelante.
2. La ramera astuta y seductora
En aras de ese ecumenismo, el Vaticano dispone de mentes muy pensantes, que
han sabido y saben recrear diversas astucias para engañar y seducir al ingenuo
creyente evangélico, no en vano Roma es la ramera del Apocalipsis.
“La católica Ramera del Apocalipsis, desde el Concilio Vaticano
II intenta agradar a todos y mostrar su cara más amable, pero su fin está ya
sentenciado Ap. 17: 16”
El doble lenguaje
Una de las artimañas del Vaticano es el “doble lenguaje”; es decir
usando unas mismas palabras, decir dos cosas diferentes.
En la Conferencia Católica, Indianápolis ´90, y en preparación de la
“Evangelización 2000”, Tom Forrest, el cura que dirige dicho
movimientodesde el mismo Vaticano, ¡supo usar los
términos evangélicos correctos cuando habló ante una audiencia mixta de
protestantes y católicos! (quédense con esto)
Atrajo aplausos de los protestantes cuando clamó
por la "Unidad Cristiana", pero cuando
habló en un taller sólo para católicos, dejó saber, con aplausos repetidos de
sus correligionarios católicos, lo que él realmente cree, y lo que los católicos
deben creer también. Lo leemos a continuación:
“Nuestra labor es la de hacer verdaderos cristianos
llevándoles al seno de la Iglesia Católica. Así pues, la evangelización nunca es
completamente exitosa, sólo es parcial, hasta que el convertido es hecho miembro
del cuerpo de Cristo por ser llevado al seno de la Iglesia Católica.
Escuchad las palabras del papa Pablo VI. Este es un
documento que cada uno de vosotros deberíais tener en vuestras casas, llamado
“Sobre la evangelización del mundo moderno”. Esto es lo que el papa dice:
“El compromiso de alguien al que se acaba de
evangelizar no puede quedar como algo abstracto (‘¡Oh, soy cristiano', esto es
demasiado abstracto). Debe dársele una forma visible y concreta a través de ser
parte de la Iglesia Católica, nuestro sacramento visible de salvación”.
Me gusta decir estas palabras, y las voy a decir otra
vez: “¡Nuestro sacramento visible de salvación!”. ¡Esto es lo que la Iglesia
(católica) es, y si eso es lo que es la Iglesia (católica), debemos estar
evangelizando hacia la Iglesia! No, no debéis solamente invitar a alguien a ser
cristiano, les invitáis a ser católicos.
¿Cuál es la importancia de esto? Primeramente, existen
siete sacramentos, y la Iglesia Católica tiene esos siete sacramentos. En
nuestros altares tenemos el cuerpo de Cristo, bebemos la sangre de Cristo. Jesús
está vivo en nuestros altares, somos uno con Cristo en la eucaristía. Como
católicos tenemos a María, y esta Madre nuestra, Reina del Cielo, está rezando
por nosotros hasta que nos vea en la gloria. Como católicos tenemos el papado,
una historia de papas desde Pedro hasta Juan Pablo II, tenemos la roca sobre la
cual Cristo edificó su Iglesia.
Como católicos, me encanta esto que voy a decir,
tenemos el purgatorio, ¡gracias a Dios! Yo soy una de esas personas que nunca
llegarían a ver a Dios sin él. Esta es la única manera de ir. Así pues, como
católicos, nuestra labor es usar esta década antes del 2000 evangelizando a
todos y cada uno tanto como podamos para llevarles al seno de la Iglesia
Católica” (hasta aquí el cura Forrest)
(2)
¿No se dan cuenta, queridos lectores, de la falacia que supone el decir una
cosa queriendo decir otra, y dejándolo claro más tarde ante sus
correligionarios? A eso se le llama “doble lenguaje”, y no es más que
hipocresía y engaño.
“El doble lenguaje es el típico usado por la gran ramera para,
manipulando así, conseguir sus propósitos”
“El cura católico carismático Tom Forrest”
Para el cura Forrest, católico carismático, y de cara a los católicos suyos,
la cosa es bien clara; “… la Iglesia Católica, es el
sacramento visible de salvación”. Esto es así porque para el católico verdadero, su
iglesia es la única verdadera, y es el mecanismo exclusivo de salvación. Esto
está obligado a creer.
Si el “sacramento de salvación” es la
iglesia romana, entonces quedan excluidos de la salvación todos aquellos que no
pertenezcan a esa “salvífica” institución, y eso mismo enseña Roma.
O como dice el Dr. Nadir
Carreño:
“El ecumenismo católico es muy simple: 'Yo soy la
Iglesia. Sólo yo tengo la plenitud de los medios de gracia, aunque por cortesía,
llamo iglesias a otras comunidades. La unidad ya existe: está en mí. Vuelvan a
mí y se habrá logrado el propósito del ecumenismo. En mí habrá campo para que
cada denominación mantenga sus tradiciones propias'”. (3)
Sólo hay
salvación en la iglesia de los papas…eso aseguran
Claramente, Roma enseña que
no hay salvación fuera de la iglesia romana. En el principal documento del
Concilio Vaticano II, la Constitución Dogmática “Lumen Gentium” (sobre la Iglesia) Cap.
I, leemos textualmente lo siguiente:
“14. El
sagrado Concilio pone ante todo su atención en los fieles católicos y enseña,
fundado en la Escritura y en la Tradición, que
esta Iglesia peregrina
es necesaria para la
Salvación…por lo cual no podrían salvarse quienes,
sabiendo que la Iglesia católica fue
instituida por Jesucristo como necesaria, rehusaran entrar o no
quisieran permanecer en ella” (4)
Y no cabe la menor de las dudas en cuanto a todo ello, cuando esa misma
institución religiosa por medio de sus responsables, asegura que ella es la
única iglesia de Cristo:
El día 5 de septiembre de 2000, el cardenal Joseph Ratzinger (actual papa
Benedicto XVI), responsable entonces de la llamada “Congregación para la
Doctrina de la Fe”, antes llamada la “Santa Inquisición”, publicó
la declaración “Dominus Lesus”. En ella reiteró que “la iglesia católica romana es la única
verdadera”.
Dicha declaración fue ratificada por el Papa Juan Pablo II “con ciencia cierta y con su autoridad
apostólica”, es decir “ex cátedra”, o en
otras palabras, con infabilidad. Dice la “Dominus Lesus” en su
artículo 17: “Existe, por lo tanto, una única
Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia Católica, gobernada por el Sucesor
de Pedro y por los Obispos en comunión con él…”. (5) Esto último
está transcrito al Catecismo (5b).
Ahora bien, se identifica al “sucesor de Pedro” con el papa romano.
Por lo tanto, el católico está obligado a creer que la iglesia de los papas es
la única y verdadera iglesia, y que no hay salvación fuera de ella.
¡Es evidente que un católico no puede ser cristiano, si decide seguir siendo
católico!
Podríamos rizar el rizo, pero siempre llegaríamos a la misma conclusión: la
iglesia de Roma es la más grande de las sectas, ya que ella se auto proclama la
única y verdadera iglesia de Cristo. Por lo tanto buscar unidad con ese
espécimen constituye el GRAN FRAUDE
ECUMÉNICO.
“El finado Juan Pablo II recibiendo en su biblioteca
privada a los representantes luteranos de Finlandia. ¿Sabían lo que hacían esos
protestantes, y con quien estaban?”.
“El famoso evangelista y ecuménico Billy Graham, que nunca
alentó a los católicos a salir de su iglesia sino todo lo contrario, con su
apreciado papa romano”
3. Volviendo a la cuestión ecuménica
En esa conferencia católica/carismática de Indianápolis ´90, asistió nada más
y nada menos que el afamado “apóstol” C. Peter Wagner.
Según la web official de la American Presbyterian Church, en su
artículo titulado “Fuller Seminary – exhibit A”, C. Peter Wagner, citando
a “Foundation, Julio-Agosto 1990”, fue junto a George Kraft – ambos
profesores del Fuller Institute, cito, “figuras clave
en la Conferencia Católica/Carismática de Indianápolis ´90; sus seminarios
reportaron audiencias más numerosas que todos los demás allí” (6)
“El “apóstol” y gran ecuménico
C. Peter Wagner”
¿Qué estaban haciendo ahí esos supuestos evangélicos? ¿Qué pretenden esos
ministros supuestamente evangélicos, que por serlo, conocen perfectamente acerca
de lo que estoy escribiendo aquí, apareciendo como “figuras clave” en una
conferencia católica?... Pero hay mucho más que añadir a esto.
“el cura fraile Cantalamessa, rodeado de otros curas y de
pastores evangélicos”
“Con la misión de llevar a los
cristianos de vuelta a Roma”
“El dominionista Marcos Witt participando en el acto
ecuménico de arriba”
“Benny Hinn y Marcos Witt”
“Cómo se puede confraternizar con el espíritu de ese hombre
que dice ser Cristo en la tierra, ¿tan ciegos son?”
¡Pero hay muchos
más!
Lo que voy a dar a conocer a
continuación es escalofriante. Paso transcribir algunas de las declaraciones de
algunos muy conocidos ministros evangélicos acerca de la unidad presuntamente
cristiana en relación con el catolicismo romano. Declaraciones todas ellas
hechas en un congreso ecuménico-carismático patrocinado por el Comité de
Servicio de Renovación Americana en St. Louis, Missouri del 21 al 23 de junio
del 2000, y llamado “Celebration Jesus 2000”. Me tomo la libertad de hacer algunos
comentarios respectivamente.
Vinson
Synan, neo pentecostal, y ecuménico convencido dijo:
“Hay personas en St Louis del cuerpo de Cristo:
Católicos, Episcopalianos, Luteranos, Bautistas, Pentecostales, etc…A
pesar de nuestras diferencias teológicas, Jesús oró para que pudiéramos ser
uno…Dios está derrumbando las barreras para que podamos mostrar al mundo nuestra
unidad” (énfasis nuestro)
¿Las diferencias teológicas
no son importantes? ¿Es igual lo que cada uno crea con tal de ser “uno”? ¿Cómo
se puede ser “uno” no pudiéndolo ser? ¿Fue Cristo “uno” con la doctrina de los
fariseos, que eran los creyentes de su tiempo?
La auténtica barrera que
Dios derrumbó fue la levantada por el pecado, por enviar a Su Hijo a dar su vida
por nosotros. La sola fe en Cristo: ese es el mensaje bíblico, sin añadiduras,
como la “Tradición” católica. No nos engañemos.
“Vinson Synan, con algunos religiosos”
El obispo Samuel
Green, Iglesia de Dios en Cristo, dijo:
“Necesitamos recibir a todos los grupos: Católicos,
Episcopalianos, Bautistas. Yo admiro al papa. No estamos reconciliados
con Dios a menos que aceptemos a otros sin importar su denominación”
(énfasis nuestro)
Pero ya sabemos que el
catolicismo no es una denominación cristiana; ni siquiera es denominación, ya
que se considera único de Cristo... y, ¿Qué cristiano auténtico puede decir:
“yo admiro al papa”?
Nancy
Kellar, una monja católica entre los evangélicos, advirtió:
“…debemos confesar nuestros
pecados por cómo hemos quebrado el cuerpo de Cristo a través de la
división”.
¡División!, Sí, aunque más
que división, debería ser separación: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué
compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las
tinieblas?” (2 Co. 6: 14)
El célebre Pat
Robertson, de “Christian Broadcasting Network” (CBN), club 700,
comentó:
“Necesitamos tener entre nosotros a algunos católicos
carismáticos viniendo a nuestras iglesias bautistas para enseñarnos como
adorar” (énfasis nuestro) (7)
¡Lamentable…!
“Pat Robertson de CBN”
Así pues, para estas
personas presuntamente comprometidas con el Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo, según hemos leído:
a) El catolicismo es
parte del cuerpo de Cristo.
b) Es la voluntad de
Dios la unidad de los cristianos con los creyentes en el catolicismo.
c) Dios quiere mostrar
al mundo la unidad de los verdaderos creyentes junto con los creyentes en el
catolicismo romano.
d) Necesitamos recibir
como hermanos en la fe a los profesantes del catolicismo.
e) Quizás también
admirar al papa de Roma.
f) Dios no nos perdona a
menos que aceptemos la fe católica.
g) Es división que apena
a Dios no mezclarse con el catolicismo… y quizás lo más pintoresco de todo,
h) Deberíamos adorar
como lo hacen los católicos carismáticos (¿quizás también a María?).
4. ¿Puede un católico romano ser verdadero cristiano?
Retomamos lo que explicábamos al
principio. Para un católico, sea carismático o no, su misma iglesia le prohíbe
creer que es salvo, aduciendo que si así hace, incurre en pecado de
presunción. Ese sería uno de los peores pecados, porque según esa
institución religiosa, se cometería “contra el Espíritu Santo”, y sería: la
presunción de salvarse sin merecimientos (8)
El catecismo de la iglesia católica enseña, que
si una persona cree tener la seguridad de que irá al cielo cuando muera, comete
el pecado de presunción. Leemos del siguiente modo en el citado
catecismo:
"Hay dos clases de presunción. O bien el hombre presume de
sus capacidades (esperando poder salvarse sin la ayuda de lo alto), o bien
presume de la omnipotencia o de la misericordia divinas
(esperando obtener su perdón sin conversión y la
gloria sin mérito)" (p. 465, #2092). (énfasis nuestro) (9)
Esta declaración conciliar invalida la misma Escritura, donde Dios nos dice
que los verdaderos cristianos “Por gracia somos salvos, por medio de la
fe, y esto no de nosotros, pues es don de Dios, no por
obras para que nadie se gloríe” (Ef. 2: 8, 9)
Pero si un católico quiere ser y definirse como católico, está obligado por
ley canónica a no declarar que es salvo por la fe (contradiciendo así la misma
Escritura, véase: 1 Jn. 5: 13; Ef. 2: 8, 9; Ro. 3: 24; 5: 1; 8: 1, 16; etc.
etc.)
La católica, una “salvación” aleatoria
Por lo tanto, un católico profesante jamás podrá estar seguro de su
salvación, ya que el obtenerla depende no sólo de su fe en Cristo y Su
suficiente obra meritoria, sino del cumplimiento de las obligaciones
sacramentales, así como de numerosas obras (nadie sabe cuántas) con las cuales
deberá meritar. Es decir, ¡Se ha de ganar el cielo!
El Concilio de Trento, en su sesión número seis, concluyó diciendo que las
buenas obras personales no sólo nos justifican delante de Dios, sino
que son esenciales para la salvación. Así lo afirma el Canon 24 de ese mismo
Concilio de Trento. Esto implica que sólo Dios sabe cuantas “buenas obras” hay
que hacer y meritar para llegar al cielo, pero el católico regular no lo sabe.
El católico romano es un esclavo de su propia creencia; es un esclavo de su
iglesia.
Nos detenemos a preguntarnos: ¡¿De qué sirve seguir concienzudamente todos
los pasos que exige la religión de Roma, si nadie que la practique puede tener
la seguridad y certeza de la salvación?! ¿¡No dice la Palabra que la fe es la
certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve!? (Hebreos 11:
1)
Dave Hunt escribe al respecto:
“Para el católico, la salvación no viene mediante
recibir a Cristo como Salvador personal, sino que es un extenso proceso que
comienza con el bautismo, y de ahí en adelante depende de la relación continua
de la persona con la Iglesia. La salvación viene mediante la participación en
los sacramentos, penitencias, buenas obras, sufriendo por los pecados personales
y los pecados de otros aquí y/o en el purgatorio, indulgencia para reducir el
tiempo en el purgatorio, y cantidades casi interminables de misas y rosarios
dichos a favor del feligrés aún después de la muerte. El “evangelismo” católico
es por obras, la antítesis propiamente dicha de “el evangelio de la gracia de
Dios” (10)
En el catolicismo, el dogma católico se pone por delante del Evangelio de la
gracia, y lo esconde de los ojos del católico; esta es la creencia y herencia
del católico regular. Dicho con compasión: ¡El católico es un ser infeliz!
¿Habemus Purgatorium?
El Concilio de Trento, artífice de toda la oficialidad dogmática romana lo
expone con claridad meridiana:
“Si alguien dijera que después de la recepción de la
gracia de justificación, la culpa es remitida y la deuda de la pena eterna es
borrada de cada pecador arrepentido, que no queda ninguna deuda temporal a ser
descargada en este mundo o en el purgatorio antes que las puertas del cielo
puedan abrirse, sea anatema” (es decir, maldito o excomulgado) (11)
Para la iglesia católica, la gracia que justifica, contradiciendo lo que
enseña la Biblia (véase Ef. 2: 8, 9), no es suficiente. Para esa institución, el
fiel deberá meritar, en este mundo, y en el próximo, en lo que llaman el
purgatorio:
“Los pecados deben ser expiados; esto puede
hacerse en este mundo mediante tristezas, miserias y tribulaciones de esta vida
y, sobre todo, mediante la muerte” (12)
En esta declaración dogmática conciliar, vemos que la verdadera expiación,
la que logró para todos los hombres Cristo Jesús brilla por su ausencia, y es
sustituida por “las tristezas, miserias y
tribulaciones de esta vida”. En otras palabras, ¡no sólo es insuficiente el
sacrificio inigualable de Cristo para cada hombre, sino que además, cada hombre
debe de ser su propio cristo!
Sobre el asunto de la muerte, como lugar de expiación, Roma sigue dice a
través del Concilio Vaticano II: “De lo
contrario, la expiación debe hacerse en el más allá mediante el fuego y los
tormentos o castigos purificadores” (13) es decir, el lugar de la
“purga”: El llamado, purgatorio; (lugar inexistente, por otra
parte).
Para el católico la sangre de Cristo no es suficiente para purgar sus
pecados, es necesario el fuego atormentador, el cual – según esa institución –
logra purgar dichos pecados. Es el fuego, y no la sangre de Cristo; ¡terrible
blasfemia!
“Representación del purgatorio, con los justos quemándose
¡Qué horror! ¿Querrá Dios que los que han creído en Su Hijo se quemen por siglos
en ese supuesto lugar? ¡Qué falsedad! Pues esto es lo que un católico está
obligado a creer”
Acordémonos de las palabras
del cura carismático Tom
Forrest:
“Como católicos, me encanta esto que voy a decir,
tenemos el purgatorio, ¡gracias a Dios! Yo soy una de esas personas que nunca
llegarían a ver a Dios sin él”
Forrest está ansioso por pasar por ese lugar de tormento; a esto se
le llama masoquismo.
¡En modo alguno el catolicismo romano puede ser cristiano; en modo
alguno!
Y sin embargo, como venimos diciendo, muchos evangélicos han llegado a creer
que esos infelices católicos son hermanos en la fe. Lo siento, pero no lo pueden
ser si siguen creyendo la nefanda doctrina de los papas, por tanto, poniéndola
por encima de la Escritura.
El católico deberá escoger entre la Escritura y la doctrina de los
papas. Si escoge lo primero, automáticamente dejará de ser
católico.
Una cosa es clara también, cuando los católico-romanos que tienen un corazón
para Dios llegan a leer con fe la Biblia, obedeciéndola por encima de los
dictados romanistas, encuentran al verdadero Jesús, y dejan de ser católicos
para ser cristianos, pertenecientes a la Iglesia Universal de Jesucristo.
Inmediatamente esto hace que salgan de esa institución infernal, y busquen una
iglesia verdaderamente evangélica, donde se predique la sana doctrina de nuestro
Señor Jesucristo.
5. Roma aborrece la Biblia
Esto fue lo que el papa Pío VII, el que en el año 1814 rehabilitara a la
Sociedad Jesuita, le escribió al primado de Polonia en el año 1816:
“Es evidente, desde la experiencia, que las
Sagradas Escrituras, circulando en lengua vernácula, han producido más daño que
beneficio (parafraseando a Trento)...Hemos deliberadamente tomado las medidas
oportunas para remediar y abolir esta pestilencia”. (14)
El papa se quejaba de que la Biblia escrita en la lengua nativa o vernácula,
había dañado a sus intereses papistas, hasta el punto de tratarla de pestilencia
e intentar abolirla.
“El papa que levantó a los jesuitas: el impío Pío
VII”
Que la Biblia pone a la luz la mentira y maldad del catolicismo romano lo
sabían los cardenales del papa Julio III, por ello le aconsejaron lo
siguiente:
(*) “Hay que abrir bien los ojos y usar toda
la fuerza posible en la cuestión, a saber, para permitir lo menos posible la
lectura del Evangelio especialmente en lengua nativa, en todos los países bajo
la jurisdicción. Baste la pequeña parte del Evangelio leída usualmente en la
misa, y no se permita que nadie lea más. En cuanto el pueblo esté contento con
esa pequeña porción, florecerán los intereses de vuestra Santidad, pero
cuando el pueblo quiera leer más, sus intereses comenzarán a fallar.
La Biblia es un libro que, más que cualquier otro, ha levantado contra
nosotros los alborotos y tempestades, por los cuales casi
perecemos. De hecho —escriben los cardenales—, si alguien
examina de cerca y compara las enseñanzas de la Biblia, como ocurre en nuestras
iglesias, entonces encontrará discordias y comprenderá que nuestra enseñanza es
muchas veces diferente a la Biblia y nunca cesará de desafiarnos hasta que todo
sea expuesto y entonces nos volveremos objeto de burlas y odios universales.
Por tanto, es necesario retirar la Biblia de la vista del pueblo, pero con
cuidado, a fin de no causar rebelión” (énfasis
nuestro).(15)
(*) Este discurso está contenido en un documento histórico, del tiempo de
la Reforma, conservado en laBiblioteca
Nacional de París, en la hoja B, nº 1.088, vol. II, págs. 641
-650)
Dese cuenta el lector de que se está tratando aquí: la iglesia de Roma
siempre ha sido la primera y tremenda opositora al Libro que pretende poseer y
defender: la Biblia.
6. Concluyendo
Huelga decir aquí que nosotros los verdaderos cristianos debemos amar a todos
los hombres, eso evidentemente incluye a los católicos; no por ser católicos,
sino por ser personas, por las cuales Cristo también dio su vida.
Precisamente, por amor, hay que decir la verdad, y mostrar la verdad. No
podemos tratar a un católico como a un verdadero hermano en la fe, porque
entonces estaríamos pecando (1 Co. 5: 11; 2 Juan 1: 10, 11). Existe un límite al
respecto.
Un católico regular, necesita ser salvo, así como un musulmán, un judío, un
testigo, un mormón, un ateo, un evangélico nominal, etc. ¡Todo hombre precisa de
la salvación, y esta sólo viene por gracia, por medio de la fe en Jesucristo, y
sin añadiduras! (Ef. 2: 8, 9)
La solución no vendrá en forzar una unidad a como de lugar, siguiendo el
GRAN FRAUDE ECUMÉNICO - camino ineludible a la
apostasía - sino en hablar la verdad de la Biblia, y así permitir que el
Espíritu Santo redarguya y convenza a todos aquellos a los que amamos, pero que
están fuera del Camino, aunque se consideren dentro.
Jesucristo dijo que el Camino es Él mismo, y no una institución religiosa que
dice ser la única suya, pero que no lo es, es decir, Roma. Si el católico quiere
conocer al verdadero Dios, deberá entregarse a Cristo, tal y como Cristo así lo
estableció, y tal instrucción es la Biblia, sin añadiduras (es decir, la
“Tradición conciliar católica”).
¡Sola Fide! ¡Sola Scriptura!
El ya cristiano, deberá compartir el Evangelio a
todos, guardándose de toda levadura y contaminación (Mt. 16: 6; 2 Co. 7: 1)
“Pero vosotros, amados, edificándoos
sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor
de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y
de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por
su carne” (Judas 20-23)
Amigo católico, lee
esto:
“Estas
cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios,
para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre
del Hijo de Dios” (1 Juan 5: 13)
“Y oí
otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis
partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados
han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades” (Ap. 18: 4, 5)
Dios les bendiga. ¡Cristo viene pronto!
© Miguel Rosell, pastor de Centro Rey Jesucristo, Madrid, España.
Julio 2009
Citas:
FIN
FUENTE: http://www.centrorey.org
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